Los caudalosos ríos Limay y Traful se unen en el paraje llamado Confluencia, situado a 76 kilómetros de Bariloche, ya en la provincia de Neuquén. A causa de las aguas del embalse de la represa de Alicurá, el gran encuentro fluvial tiene hoy la apariencia de un gran lago. En su margen se extiende el Valle Encantado, uno de los escenarios naturales más fascinantes del Parque Nacional Nahuel Huapi.

El aspecto singular de este Valle está dado por sus misteriosas  formaciones rocosas de origen volcánico, que en su erosión emulan las más vistosas figuras, otorgando al lugar un tono mágico. Rocas con forma de castillos, leones, torres y catedrales góticas sorprenden a los visitantes entre impresionantes cerros. Algunas de las rocas han cautivado a los visitantes de tal manera que han sido bautizadas, como el afamado “Dedo de Dios”, el “Tren Expreso”, los “Leones Enamorados” o “El centinela del Valle”. Otras formaciones simplemente responden a los caprichos de la imaginación al mirarlas.

Otro de los emblemas del Valle es el cóndor de la región, que hace sus nidos en esta zona alimentándose de los muchos animales muertos de la estepa patagónica. El paisaje de la estepa ofrece diversas especies forestales: cipreses y pinos en las zonas altas y álamos y coirones en los márgenes fluviales. Allí habitan ciervos, zorros, roedores, guanacos y liebres, así como interesantes especies ictícolas siempre atractivas para la pesca.

El Valle del río Limay encuentra su encanto también en su valor histórico: hay vestigios de culturas aborígenes que habitaron el lugar hace unos 10 mil años. Las pinturas rupestres en las cavernas y los sedimentos biológicos en el lugar dan cuenta del carácter milenario del Valle.

Numerosas excursiones parten de Bariloche para descubrir los rincones del Valle Encantado con la orientación de un guía. El lugar es un ámbito privilegiado para practicar múltiples actividades al aire libre: trekking, escalada, cabalgatas, tours fotográficos, pesca deportiva y avistaje de aves, contemplando casi ochenta especies que viven en la zona.

En las inmediaciones del Valle Encantado hay cabañas donde alojarse, celebrar eventos o degustar un almuerzo para retomar energías y continuar con los paseos ecológicos dentro del llamado “Circuito Grande” de Bariloche.